martes, 5 de febrero de 2013

Qué y cómo!

La arquitectura, en muchas ocasiones entra en el debate sobre lo que es, es algo que todos usamos, que tocamos a diario, genera los espacios en los que todos residimos, trabajamos, comemos, circulamos, paseamos,.. Este qué,  se confunde muy a menudo con el cómo. El qué y el cómo, siempre deben ir juntos para dotar cualquier creación de unidad, pero hay que saber diferenciar cada pregunta desvinculando una de la otra.

La arquitectura sirve para amenizar la vida a las personas, para facilitársela, para generar espacios armoniosos en los que los seres humanos nos encontremos cómodos. Esto tan simple y conciso estaría bien que los arquitectos no lo perdiéramos de vista y fuera nuestro referente principal en cada uno de los proyectos que iniciamos. A partir de ahí, preguntémonos sobre el cómo.

"Con una naturaleza confortable, el hombre no hubiera inventado la arquitectura" Oscar Wilde.

Para poder hacerlo realidad tenemos los condicionantes propios de cada lugar en cuestión, los límites y sobretodo el Sol. Es entonces cuando empezamos a vincular el cómo al qué. Es en este punto cuando podemos empezar a dar rienda suelta a la imaginación, a dibujar trazos que generen espacios... pero no perdamos de vista nuestro referente principal, hagamos arquitectura.

Lo que vemos no deja de ser luz, o reflejo, es esta la que pone en consonancia la geometría. Juguemos con ella.

"La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luzLe Corbusier.

Notre Dame du Haute. Ronchamp. Le Corbusier. Vista interior


Tan fácil resulta decirlo, ¿porqué entonces es tan difícil de encontrarlo materializado y de toda la arquitectura que se genera solo podemos destacar con éxito un porcentaje tan bajo?

Como todo, es cuestión de prioridades, en la mayoría de los casos, estas tan evidentes se relegan a una posición secundaria o simplemente se desprecian, ya que vinculamos la arquitectura a la política y la generación de actividad económica. Empiezan a aparecer ovnis, artefactos sin relación alguna y en los que en su interior nos encontramos vacíos, fríos, pierden el sentido de porqué fueron construidos, carecen de escala humana y pasan a ser esculturas practicables. 

En arquitectura residencial, los arquitectos lidiamos con algo mucho más complejo y que debemos ir toreando como buenamente podemos, los clientes. Es una lástima que tengamos que relegar las prioridades principales y la proporción de los espacios a un segundo término y que nos veamos obligados a anteponer la contaminación popular y el mal creer que la belleza es un ente subjetivo.

"La arquitectura es cuestión de armonías, una pura creación del espíritu. Empleando piedra, madera, hormigón, se construyen casas, palacios; eso es construcción: el ingeniero trabajando; pero en un instante; tocas mi corazón, me haces bien, me siento feliz y digo: esto es hermoso, esto es arquitectura, el arte entra en mí." Le Corbusier.
Notre Dame du Haute. Ronchamp. Le Corbusier. Planta


La experiencia nos dice, que todo el mundo se cree médico, abogado y arquitecto... todos sabemos construir, todos sabemos medicarnos y todos sabemos denunciar... pues la sociedad vive en un gran error, y el resultado es el día a día... contratar a cualquier profesional de las disciplinas que he mencionado no es barato, tienen una gran responsabilidad detrás de su trabajo, así que como potencial cliente, al menos de 2 de ellas, os recomiendo que nunca contratéis al más económico, y que os dejéis guiar y aconsejar por su sabiduría y conocimiento.

Entonces, cuando cada uno sepa distinguir sus limitaciones y reconozca no saber sobre según que disciplina, empezaremos a ver mas arquitectura y menos mediocridad, cuando los arquitectos no tengamos que hacer de comerciales de lo obvio y tengamos que convencer a nuestros clientes que la entrada de la luz, la geometría y la proporción de los espacios dotan a su edificio de armonía y es así y no de otra forma como se sentirán bien en sus múltiples acciones diarias, es entonces cuando las personas empezarán a tener viviendas. 

Esa armonía es la diferencia entre estar a gusto o no en un restaurante, en una casa, en el trabajo... en entrar a un edificio público y tener un sentimiento desbordante... que no sabes bien bien como expresar pero que está, esta armonía por suerte no depende del dinero, simplemente del saber hacer.

Los arquitectos somos como sastres, que hacemos un traje algo mas grande para proteger al individuo, para darle comodidad, pues como sastres tenemos que responder a las necesidades de nuestros clientes, tomárles bien las medidas, recomendarles las mejores telas y saber que tipo de prenda necesitan... nuestros clientes deben confiar en que sabemos que patrón usar y que lo coseremos de la mejor forma posible.

La confianza es necesaria en todos los pasos que damos en nuestra vida, pero imprescindible entre el diálogo cliente-arquitecto.

"Si se ignora al hombre, la arquitectura es innecesaria." Álvaro Siza.

Casa Tólo. Álvaro Siza. Izquierda, croquis. Derecha, vivienda ejecutada.




No hay comentarios:

Publicar un comentario